"Yo era tu cura, tú eras mi enfermedad. Yo te estaba salvando, pero tú me estabas matando."

Eres incontrolable; hay días en que no te entiendo, cambias de humor como quien un camaleón cambia de color. Pero hasta eso amo de ti, tus idas y venidas por el mundo. Eres como ese tren que no se detiene y arrolla a todo aquel que se cruza en su camino. Otras ocasiones eres un frío invierno esperando a ser primavera. Amo hasta la forma tan extraña que tienes para amarme. No sé, pero quizás soy una tonta por quedarme a recibir cada flama de ese infierno de hombre que eres. Quizás también soy una idiota a la cual le encantan los desastres y tú eres uno de los mejores. Amo todo de ti, hasta la manera como tienes para volver de mi mundo el lugar más raro y aún así decido quedarme contigo.